Su obra “Crepuscular” fue tapa de la revista “La Bolsa” el 14 de marzo de 1986, con lo cual pasó a integrar el Patrimonio Institucional. El cuadro fue exhibido en el Hall Central, en la muestra “Selección pictórica BCBA” de marzo de 2014, y en diversas ediciones de la Noche de los Museos en el Palacio Bursátil.
La obra “Crepuscular”, técnica mixta (1983) pasó a integrar la colección BCBA, tras su publicación en la revista “La Bolsa”, el 14 de marzo de 1986.
Víctor Chab nació en la República Argentina en septiembre de 1930. Realizó estudios de arte con Cecilia Marcovich y Demetrio Urruchúa, para luego asistir al taller libre de la Mutual de Estudiantes y Egresados de Bellas Artes (MEEBA), donde ejerció el oficio que lo había atrapado a los trece años.
“Si el joven Víctor Chab, artista autodidacta –en la medida en que pueda hablarse de tal autonomía en materia de arte– que comenzó a transitar el camino de la pintura allá por el año 1945, hubiera presentido la intensidad con que el surrealismo habría de signar su creación, tal vez se hubiera resistido a creerlo. Pero en verdad, aún durante los años 1956 y 1959, en que su obra registró el predominio de lineamientos geométricos, o en el breve pasaje por el informalismo, tan a la moda en los años ‘60, jamás lo abandonó la poderosa fantasía que señala con rasgos definitorios aquel movimiento”. (Revista “La Bolsa” N° 406 – Rose Marie Armando)
En 1956, el artista fue elegido para participar en la XXVIII Bienal Internacional de Venecia, representando a la Argentina. Un año más tarde, reunió al grupo conocido como “Siete pintores abstractos”, junto a Rómulo Macció, Clorindo Testa, Josefina Robirosa, Kasuya Sakai, Marta Peluffo y Osvaldo Borda.
Víctor Chab en el Centro Cultural Borges, visitando una muestra de Pablo Picasso. (Revista Estímulo – Arte y Comunicación N° 82, julio de 2006).
A la hora de definir su manera de trabajar, Chab explica: “Hay dos cosas que funcionan en mí como un péndulo: lo suelto y lo libre por un lado, y cierta forma de geometría, que también encierra misterio, por el otro”. Otra de sus consignas, dignas de subrayar, afirma que “la mejor manera de enseñar consiste en dejar hacer, para que cada una asuma su libertad, de acuerdo con sus propias pautas y con su propio lenguaje”. Este mensaje fue ratificado por uno de sus tantos discípulos, Gastón Troiana, artista plástico que expuso en el Hall Central de la BCBA, del 24 de septiembre al 5 de octubre de 2018, y quien manifestara palabras elogiosas tras acudir al taller del maestro Chab (ver aquí).
En 2007, la Embajada de Francia en Argentina organizó una subasta a través de la obra Puntos Corazón, cuyos voluntarios ayudan a aquellos que han perdido la fe e intentan insertarlos con una mirada o un simple gesto, conviviendo con ellos, para dignificar sus vidas. El lema “Arte con pasión y compasión” permitió que artistas argentinos abrieran sus talleres, sus talentos y sus corazones, posibilitando recaudar fondos para un emprendimiento con fines altruistas y sagrados. Víctor Chab participó en esta movida solidaria internacional con su obra “El monje y la corista”.
“El monje y la corista” fue subastada el 21 de agosto de 2007, en la Embajada de Francia en Argentina, por intermedio de Puntos Corazón.
En el cierre de la nota de Rose Marie Armando, titulada “El imperio de la fantasía”, en el ejemplar N° 406 de “La Bolsa”, la crítica de arte manifestó: “La trayectoria de Chab puede hoy ser definida por la fecunda trabazón de una actitud racional y del misterio sugerente del ensueño; lo consciente y lo inconsciente se fusionan o alternan sus efectos con inacabable energía. Los trabajos de su reciente manera dan cuenta de la constante apertura del pintor, apoyada, como siempre, en su prodigiosa imaginación”.
En la nota se destaca su obra: “Lejana e inmóvil”, collage y óleo de 150 x 120 cms. (1982).
