“Los números no cierran, ni en pesos ni en dólares”
Esa fue la conclusión de Daniel Artana en el último tramo de la Conferencia Anual de FIEL, que tuvo lugar en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. “Si se proyecta al futuro la situación financiera actual, los números no cierran, aun suponiendo una importante recuperación de las exportaciones en 2024”, sostuvo el economista jefe de FIEL.
“¿Sobran o faltan dólares? ¿Sobran o faltan pesos?”. Con esta doble pregunta disparadora, Daniel Artana arrancó su presentación en la Conferencia Anual de FIEL realizada en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. De inmediato, el economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas develó que la consigna venía con trampa: “En realidad, es una pregunta mal formulada y engañosa, porque todos sabemos que hay una combinación de tipo de cambio real, de brecha cambiaria –eventualmente– y del nivel de actividad según el cual se equilibra el mercado de divisas. En verdad, el mercado de divisas siempre termina equilibrándose. La pregunta es si eso satisface a la política y/o a la sociedad”.
“¿Sobran o faltan dólares? ¿Sobran o faltan pesos?”. Por supuesto, y como casi siempre, “la cosa es un poco más complicada” en términos económico-financieros, advirtió Daniel Artana: “Más allá de que el año próximo vaya a haber 20.000 millones de dólares de exportaciones adicionales (en FIEL creemos que van a ser menos), una cosa es que aumente la producción agropecuaria y otra que se incrementen las exportaciones, dado que el sector ha estado reduciendo inventarios para hacer frente a la sequía. Sea como fuere, hay varios ‘candidatos’ que van a ir sobre ese incremento de divisas: los atrasos en los pagos de deuda comercial; los atrasos en los pagos de dividendos; la necesidad de recomponer reservas netas, hoy en terreno negativo; los pagos de deuda externa que deben hacer el gobierno nacional, las provincias y el sector privado; y la demanda de un nivel de actividad creciente, que requerirá de más importaciones”.
El economista previno entonces que “aun en un escenario optimista de recomposición de las exportaciones, los dólares no alcanzan para satisfacer a las distintas demandas potenciales”, y especuló: “Esto se resuelve consiguiendo nuevos ‘chinos’ que nos presten, lo que parece poco creíble, o consiguiendo nuevo financiamiento en el mercado, que parece todavía más difícil de lograr, o bien intentando generar un shock de confianza que permita ir obteniendo algo de financiamiento. Seguir haciendo lo mismo, aparentemente, no nos permitiría sortear 2024, incluso en un escenario optimista de recuperación de exportaciones”.
Una elección obvia
A continuación, Artana se refirió puntualmente al mercado de pesos: “Tras las medidas adoptadas antes de la primera vuelta electoral, la proyección pasiva del déficit primario debe estimarse en alrededor de 4 puntos del PBI. Por otro lado, está el servicio de la deuda doméstica, que no se puede refinanciar en el mercado, porque hoy el Banco Central está ayudando mucho al Tesoro monetizando deuda. Asimismo, si se decide una recomposición de reservas, a los dólares hay que comprarlos con emisión monetaria: 5.000 o 6.000 millones de dólares, esto es, alrededor de un punto adicional del PBI. Por su parte, el gobierno nacional tiene que adquirir los dólares para servir la deuda dolarizada, también con emisión monetaria. Y también está pendiente la reducción del volumen de las Leliqs”.
La conclusión del economista jefe de FIEL fue contundente: “Si se proyecta al futuro la situación financiera actual, los números no cierran ni en pesos ni en dólares, aun suponiendo una recuperación de exportaciones muy importante para 2024. ¿Qué permitiría generar un mejor escenario? Un superávit primario ayudaría, y contribuiría también para aliviar el servicio de deuda doméstica, junto con un programa de reformas estructurales y algo de financiamiento adicional. La otra alternativa es pensar que con ‘más de lo mismo’ podemos zafar, porque como ‘Dios es argentino’, volvió a llover. Creo que la elección es bastante obvia. Esperemos que la dirigencia política esté a la altura de las circunstancias, porque si no la vamos a pasar muy mal”.