Lo aseguró Domingo Cavallo en uno de los encuentros virtuales previos a la conferencia anual de FIEL en la Bolsa de Comercio. El exministro de Economía sostuvo que no hay una tercera alternativa “con niveles tan altos de inflación”.

Domingo Cavallo expuso en uno de los premium meetings organizados por la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) en vísperas de su conferencia anual, que tendrá lugar en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires el 8 de noviembre. “Tras la unificación y liberalización del mercado cambiario, es crucial estabilizar el tipo de cambio”, explicó el ex ministro de Economía y sostuvo que, para lograrlo, las únicas opciones son “una convertibilidad, como la aplicada en la Argentina en 1991, o bien una dolarización completa, basada fundamentalmente en la experiencia de Ecuador”.

“Todo el mundo demanda un plan de estabilización –observó Cavallo–, pero un plan así sólo se puede implementar con expectativas de resultados significativos si antes se consigue unificar y liberar el mercado cambiario. Sin un mercado cambiario verdaderamente único y libre, no hay forma de diseñar una política de estabilización; y para que una política de estabilización concite apoyo popular, debe ser bien contundente. No creo que eso se pueda hacer mediante una estabilización gradual, que tome varios años, porque en ese caso la gente no sentirá el beneficio de la estabilización y, por lo tanto, tampoco apoyará al gobierno que la implemente”.

Como ejemplo de esto último, el economista recordó su gestión al frente del Ministerio de Economía durante la primera presidencia de Carlos Menem: “Al principio, nuestras políticas no concitaban el apoyo popular. Eran las ideas que habían empezado a implementarse desde fines de 1989 y durante todo 1990, resumidas en las leyes de Reforma del Estado y de Emergencia económica, y las que impulsaron las decisiones que se fueron tomando en aquellos años. Sin embargo, al producirse una reducción inmediata y notoria de la inflación a través del plan de Convertibilidad, el clima cambió, y a partir de entonces hubo mucho apoyo popular. Asimismo, eso permitió avanzar más rápida y contundentemente con las reformas de fondo: la apertura de la economía, las privatizaciones –que fueron muy importantes– y la reducción del tamaño del Estado”.

A la hora de encarar el problema de la inflación, Domingo Cavallo reconoció que, “en un marco macroeconómico más o menos convencional”, el grueso de los economistas que ha estudiado la cuestión adhiere a una estabilización del tipo de cambio con política monetaria, con manejo de la tasa de interés y libre flotación del Dólar. “Sería muy bueno poder lograrlo de esa manera, pero a mí me parece muy difícil”, advirtió el exministro de Economía, y explicó: “No hay experiencias históricas de haber conseguido ese tipo de estabilización con niveles tan altos de inflación. Necesariamente, hay un período reservado a la fijación del tipo de cambio, y será imprescindible encontrar algún mecanismo para instrumentarla. Es aquí donde aparecen las alternativas de la convertibilidad o de la dolarización”.

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