La transparencia, el mejor negocio
En el marco de la Reunión Anual de la FIAB, Claudio Zuchovicki explicó cómo las consecuencias de la pandemia y los avatares de la guerra condicionan la actualidad de la economía y los mercados, pero también compartió su visión optimista para las Bolsas de Iberoamérica: “Representamos la transparencia, el mejor negocio que existe”.
Durante la apertura de la 49° Reunión Anual de la Federación Iberoamericana de Bolsas (FIAB), el gerente de Desarrollo de Mercado de Capitales de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Claudio Zuchovicki, disertó en el “Panel de panorama global” compartido con el analista político internacional Jorge Castro. En su calidad de secretario general de la FIAB, Zuchovicki dio inicio al evento que durante dos jornadas convocó de manera presencial y virtual a los principales actores de las Bolsas y Mercados de Valores de la región. “El idioma de los mercados es el de los precios: los precios hablan”, disparó el economista. “En cualquier ciudad del mundo, el precio del metro cuadrado en dólares refleja la percepción de la calidad de vida de la ciudad en cuestión”.
“¿En qué mundo nos encontramos?”. Para responder a esa pregunta, Zuchovicki se remontó a 2020: “Durante la pandemia, los Bancos Centrales decidieron asistir a la demanda. El refrán fue: Quedate en casa, yo te ayudo. Así, la mayoría de los Estados emitió un montón de dinero. Y la demanda se sostuvo relativamente, pero con las fábricas cerradas. Por lo tanto, estuvimos viviendo en un ambiente de restricción de oferta. Fue un momento histórico excepcional y las medidas que se tomaron también lo fueron. Durante los años 2020 y 2021, en el mundo se emitió un cuarto del dinero existente desde que el dinero existe: mucha más masa monetaria con muchos menos productos, porque casi no se fabricaban productos. Si hay pocos productos y mucho dinero circulante, con demanda sostenida, es obvio que va a haber precios récord en los commodities; pero no es que haya subido todo, sino que bajó el Dólar por exceso de moneda y falta de oferta”.
Cuando la pandemia fue quedando atrás, explicó el economista, ese escenario cambió: “Hoy estamos en presencia del mejor número de empleo global de los últimos 50 años, pero también del peor número de inflación de los últimos 40 años. Entonces, ahora los Bancos Centrales consideran que es el momento de hacer lo contrario que durante la pandemia y empezar a controlar la inflación con una suba de la tasa de interés. Y, desde que existe la historia económica, la inflación siempre se controló con un menor nivel de actividad. Se sube la tasa de interés y se retira dinero de circulación. Por eso, la Reserva Federal de los Estados Unidos o el Banco Central Europeo deciden vender bonos: para que el inversor cambie su dinero por títulos”.
El precio y el valor
En este contexto, aseguró Zuchovicki, los países de la región se verán afectados: “Con una tasa de interés positiva, el costo de oportunidad del dinero también empieza a ser positivo. Eso va a marcar la agenda en América latina. Así como en los últimos años vimos un crecimiento económico gracias a que el valor de las cosas que exportábamos valían más que las que importábamos, ahora hay que abrir bien los ojos, porque, ¿a quién castiga la suba de la tasa de interés?: al endeudado. Esa es la condición de la mayor parte de nuestros países, y no solo estamos endeudados, sino que además vivimos del precio de las materias primas, que ya empezó a resentirse”.
El economista recordó la importancia de distinguir entre “precio” y “valor”: “¿Cuánto cuesta hacer una empresa desde cero?: eso es valor. En cambio, el precio es lo que se paga hoy, nada más: un estado de ánimo. Así es como, durante la pandemia, llegamos a ver que un barril de petróleo costara menos que un barbijo. El miedo provocó la distorsión de precios, pero tarde o temprano esa situación tenía que normalizarse; porque una cosa es el precio, y otra muy distinta el valor. Entonces, no nos dejemos distraer por los precios, porque en momentos como este también hay oportunidades para capturar valor”.
“Nadie puede modificar el pasado, pero sí podemos cambiar nuestras actitudes para que nuestro futuro y el de nuestros hijos sea mejor –concluyó Zuchovicki–. Soy bastante optimista con el futuro, por lo que representan nuestras Bolsas iberoamericanas. ¿Qué representamos como Bolsas? Liquidez, reflejo de precios, estados de ánimo… Pero, sobre todo, representamos transparencia. La transparencia es el mejor negocio que existe, porque nos deja ver. Y, en esta era de interconexión global, esa transparencia nos va a llevar a un mundo más justo”.
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