“¿La negociación bursátil puede prescindir de la contraparte central con tecnología blockchain?”
Así interpeló Manuel Oyhamburu, director ejecutivo de la Fundación Bolsa de Comercio de Buenos Aires, a uno de los oradores de la primera de las charlas gratuitas sobre innovación tecnológica y su impacto en la economía y los mercados financieros que ofrece esta Fundación. El encuentro, dedicado a la aplicación de la tecnología blockchain a las finanzas, abre una ventana a temas de actualidad, que en sus futuras ediciones incluirán Big Data, inteligencia artificial y la Nube.
La respuesta a la posibilidad de que los alycs (agentes de liquidación y compensación) se constituyan como nodos y realicen transacciones directamente entre sí no se hizo esperar: “Sí, es viable”, concluyó Adrián Mazza, gerente de IT de Pagos Futuros, plataforma de la empresa VR4 que constituye un caso de éxito y ejemplo palpable de cómo el uso de blockchain mejora la cobrabilidad y usabilidad de cheques de pago diferido. Para luego aclarar: “El mercado cumple un montón de otras funciones que se mantendrían y tendría que haber un aseguramiento en relación a las liquidaciones, porque no solo es asegurador de la base de datos sino del server, es decir, de que los fondos están; o sea habría que replicarlo de otra forma; pero a nivel base de datos, puede funcionar.” Finalmente, agregó: “Pensalo además a nivel internacional, si se quisiera, con una blockchain, podrías unir a bolsas de varios países”
A fin de comprender la lógica detrás de estas tecnologías, la charla primero debió versar sobre temas más generales e introductorios. Para ello, Nicolás Gerenstein, líder de proyectos de VR4, recorrió conceptualmente la manera de intercambiar valor a lo largo de la historia, pasando por la sal y el oro hasta llegar a lo que hoy conocemos como el billete. Así, en su charla, este jovencísimo tecnológico trazó una línea de razonamiento paralela respecto de la Internet: “Fue creada para las comunicaciones en la guerra, no era para todos, pero le veíamos mucho potencial hasta llegar al nivel extremo y masivo de intercambio de datos de la actualidad,” explicó, y agregó: “Hoy todo el mundo está mandando datos todo el tiempo”.
“Luego, nos dimos cuenta de que podíamos tomar estos datos y “meterlos en cosas”, lo que dio origen a Internet of Things (IoT), que, por ejemplo, permite que hoy exista una heladera que (al estar conectada a Internet) advierte que se acabó la leche y en forma autónoma realiza el pedido por Amazon para su reposición.” Y esto no acaba ahí: “Incluso es posible utilizar los datos para convertirlos en objetos a través de una impresora 3D, hoy se puede imprimir hasta tejido celular.”
“De modo que el tema económico no se iba a quedar atrás”, avanza Gerenstein con su explicación, “hoy se puede comprar por Internet, sin embargo, para eso no enviamos dinero, sino datos.” A partir de allí y con la aplicación de complejos algoritmos matemáticos se plantea la creación de una red de transacciones descentralizada: la tecnología blockchain, que se constituye en un gran libro contable que contiene todas las transacciones que ocurran; y con ella las criptomonedas, de la cual el bitcoin fue su primer uso.
Por su parte, Walter Camaly, el orador que completó la presentación, se refirió a los usos del blockchain en las distintas industrias y del potencial que ofrece esta tecnología armada en bloques, conectados entre sí: “Permite la trazabilidad de las acciones sin necesidad de ver el final, sino que se puede hacer la trazabilidad de toda la cadena con el último registro, brindando un gran potencial, porque cualquiera puede participar en la generación y validación de transacciones, así como también en la generación de bloques”. Camaly también habló de contratos inteligentes y de RSK como caso de éxito surgido en Argentina, y de los distintos tipos de redes: las públicas (de las cuales las más conocidas son Bitcoin y Ethereum), las privadas y las federadas o de consorcio.
Durante la charla surgieron términos aplicados a conceptos novedosos como nodos, consensos, mineros, billetera digital, recompensas y criptomonedas. La Fundación claramente apunta a que todo aquel espíritu curioso sepa de dónde puede tirar para empezar a desenmarañar el ovillo e imaginar cómo sumarse. Otra certeza es que las fintech o tecnologías aplicadas a las finanzas vinieron para quedarse y para ofrecer su ilimitado potencial de aplicación y uso.