En el marco del 167° Aniversario de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, el presidente de la Asociación, Adelmo Gabbi, remarcó que en la plaza bursátil local “todo el dinero es blanco y todas las actividades son absolutamente legales”, y añadió: “La Bolsa siempre ha luchado por la seguridad jurídica: sin ella es imposible pensar en crecimiento o en una Argentina mejor”.

“Hablar de la Bolsa y de sus principios me halaga muchísimo”. Así inició Adelmo Gabbi su charla a distancia con los socios de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA), durante el mes de celebraciones por el 167° Aniversario de la Asociación. El encuentro virtual contó con la participación del gerente de Desarrollo de Mercado de Capitales de la BCBA, Claudio Zuchovicki, y del filósofo Santiago Kovadloff, quien ofreció la disertación ¿Cómo se construye el futuro? Desafíos éticos para una Argentina republicana. “Para mí, Manuel Belgrano fue la figura más importante de nuestro país”, comentó el Presidente de la Bolsa, y rememoró: “Cuando Belgrano llegó de Europa en 1814, le dijo a un grupo de amigos que no era posible la construcción federal de un país sin un banco, un correo y una Bolsa. Aunque el prócer murió en 1820 sin haber visto ninguna de esas tres realidades, en 1821 nació la primera Bolsa Mercantil argentina, en 1822 el primer banco (el Banco de la Provincia de Buenos Aires), y en 1826 el Correo Argentino. La Bolsa Mercantil duró poco tiempo, hasta la llegada de Juan Manuel de Rosas. Pero apenas un año después de haberse sancionado la Constitución Nacional, un grupo de valientes patriotas fundó en 1854 la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, una institución con 167 años de vida”.

“El hecho de tener que comunicarnos de forma virtual nos obliga aún más a ratificar los desafíos institucionales que siempre hemos enarbolado”, observó Gabbi, y detalló: “Primero, el desafío económico: debemos luchar para mantener las libertades económicas. Tras muchos años de haber permanecido como ‘mercado de frontera’ (es decir, un mercado de segunda categoría), luego, y gracias al trabajo incondicional de la Bolsa, logramos pasar a ser ‘mercado emergente’. Lamentablemente, la falta de libertades en materia económica, el cepo cambiario y muchas otras cosas por el estilo nos llevaron, no ya a retroceder a la anterior calificación ‘de frontera’, sino a ser catalogados peor aún, como un mercado de tercera categoría. Por eso, creo que las mujeres y los hombres de la Bolsa tenemos el desafío de trabajar –como ya lo habíamos hecho entre los años 2002 y 2018– para que la Argentina vuelva a ser un país emergente y reciba nuevamente inversiones internacionales. Hay que recuperar el afán de dar la batalla, porque no hay activo más importante que el de la libertad de decisión; y con la libertad de decisión podremos volver a ser un país emergente”.

Otro de los retos institucionales enumerados por el Presidente de la BCBA fue el de recrear la transparencia, uno de los valores fundamentales del mercado de capitales argentino. “Somos la catedral de la transparencia”, enfatizó Adelmo Gabbi. “Aquí, en nuestro mercado bursátil, hoy conducido por Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA), todo el dinero es blanco, y todas las actividades son absolutamente legales, pero cada día debemos seguir luchando para que la transparencia sea cada vez mayor”. El titular de la Bolsa mencionó asimismo, entre los desafíos de la entidad, el de comunicar las ventajas de la sustentabilidad (“En los paneles del mercado ya se puede observar que estamos en ese camino”); el de continuar promoviendo la diversidad en los aspectos económico y bursátil (“Aquí, en la Bolsa, está representado más del 95% del producto bruto entre las cámaras empresarias más importantes del país”); y el de seguir garantizando la seguridad jurídica (“Sin seguridad jurídica no hay confianza, sin confianza no hay inversiones, y sin inversiones es imposible reducir la pobreza”).

Adelmo Gabbi dejó para el final de su alocución “el último desafío, el más importante” en la vida institucional de la BCBA: “El del respeto absoluto por la propiedad privada. La propiedad privada es la bandera fundamental de instituciones como la nuestra. Una vez más tenemos el protagonismo indelegable de contribuir a una mayor institucionalidad, a una mayor transparencia, a una mayor sustentabilidad, a una mayor diversidad y, como siempre, a una mayor seguridad jurídica para el futuro de los argentinos”.

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