El arte ikebana en la Bolsa
Desde hace más de 40 años, el Hall central de la BCBA tiene el privilegio de recibir la exposición “Salón Anual de Otoño” de la Sociedad Ikenobo de Arte Ikebana. En la siguiente entrevista, la presidenta de la Sociedad, Felisa Sakata, cuenta cómo su “amor a primera vista” con el arte floral japonés “se mantiene encendido con firmeza”.
Hoy como ayer, la Sociedad Ikenobo de Arte Ikebana se encarga de difundir el arte floral japonés, sin fines de lucro, con la realización de exposiciones y conferencias sobre el tema. Durante una fructífera trayectoria que lleva ya más de medio siglo en el país, el vínculo entre la Sociedad Ikenobo y la Bolsa de Comercio de Buenos Aires ha superado las cuatro décadas.
En 1978, la Sociedad Ikenobo de Arte Ikebana con filial en la Argentina expresó su petición de llevar a cabo una muestra de ikebana en el hall del “nuevo edificio” de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Esta fue la primera exhibición artística autorizada por las autoridades de la Asociación y el puntapié inicial para la realización de muestras de museos, escuelas y centros de arte, a los que luego se fueron sumando miles de artistas plásticos. Todos ellos han podido encontrar un espacio donde mostrar sus obras, en un ámbito privado que se ha ganado un respetable espacio en el circuito artístico.
En la actualidad, la filial argentina de la Sociedad Ikenobo está presidida por Felisa Sakata: “He tenido el honor de presidir a la Sociedad en el período 1997-1997 y luego desde 2004 a la actualidad con mucha dedicación”.
–¿Dónde nació su amor por el arte Ikebana?
–Creo que fue como un amor a primera vista… Recuerdo que allá por el año 1991 asistí a una demostración que realizó la profesora Mary Maehara y, sinceramente, me sentí cautivada. Me brindó una total paz interior, un sentimiento especial hacia las flores y una tranquilidad espiritual en mi ser nunca antes experimentada.
–A diferencia de quien pinta, dibuja o esculpe, y más allá de la idea previa, ¿cuándo considera el artista que la obra de ikebana está concluida?
–En el arte del ikebana, la “obra” que cada artista genera nunca se concluye, porque es como la flor: nace, crece y muere, pero vuelve a florecer como un ciclo de vida eterna. Un ciclo virtuoso, que perdura por siempre.
–Si bien cada ikebana puede disfrutarse en el hall de la BCBA durante las dos jornadas que dura la exhibición, es interesante apreciar cómo cada artista elabora su trabajo el día en que se inaugura cada Salón Anual de Otoño. ¿Cómo se sobrelleva esa carrera contra-reloj que comienza con la elección de las flores, las hojas y los soportes que se utilizarán?
–Si bien cada exposición o demostración que realizamos es una carrera contra-reloj, todas las artistas expositoras sentimos que a cada una de las personas que pasan les estamos dando nuestra gratitud por el solo hecho de contemplar nuestras obras. Ese sencillo acto nos llena de una alegría inmensa. Sinceramente, la “carrera contra-reloj” se transforma en una enorme “satisfacción contra-reloj” que se disfruta con mucha intensidad.
–A modo de reflexión final, ¿qué significa el arte Ikebana para su vida?
–En honor a la verdad, el Ikebana me dio y me sigue brindando muchas alegrías, satisfacciones plenas y serenidad total. Todo lo que sentí la primera vez que vi un Ikebana –ese momento que me cautivó– se mantiene encendido con firmeza. Por ello me reconforta la simple razón de compartirlo con todas las personas que aprecian este hermoso arte, y me siento complacida con las autoridades de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires por habernos facilitado su espacio artístico durante tantos años.