Evocando a Armstrong – Grupo Struttin’
Un recorrido por la biografía, la música y las anécdotas más destacadas de la vida de Louis Armstrong, quien fue la figura más destacada y cautivante de la historia del Jazz, por su inigualable talento musical y su carismática personalidad. Su vida experimentó todos los sabores en sus extremos: desde la marginalidad, la discriminación y la pobreza, hasta un éxito sin parangón y la admiración del mundo entero. Como dijera alguna vez, fue pobre y llegó a ser muy rico sin perjudicar a nadie. Ayudó a muchos y fue emblema de los suyos. Descendiente de esclavos, llegó a ser reconocido por las más importantes personalidades del mundo entero.
Grupo Struttin’, integrada por músicos de larga trayectoria del jazz local e internacional, propone un recorrido por la vida y la música de este genial trompetista y cantante, que supo del sufrimiento, y sin embargo le cantó a la humanidad “Qué mundo maravilloso”.
En este espectáculo se recordarán las anécdotas y sucesos más relevantes de su vida, y se interpretan los mayores éxitos de su carrera: Strutting with some barbecue, West end Blues, La vie en Rose, Black and Blue, Mac the Knife, What a wonderful world, When the saints go marching in, Hello Dolly, Summertime, Willie the Weeper, Heebie Jeebies y Potato Head Blues.
Para esta ocasión tan especial, nos visita el gran solista Guillermo Lancelotti en la interpretación de la trompeta, quien cuenta con una destacada trayectoria en Europa realizando el repertorio del Genial Satchmo. Es un instrumentista de refinada y poderosa técnica y con un profundo conocimiento del estilo «Armstrong» y del Jazz de New Orleans, lo cual lo convierten en el partenaire ideal para este homenaje. Se destaca también la participación otras dos figuras destacadas del Jazz: Juan Klappenbach (clarinete) y Eduardo Manentti (trombón). Completan el grupo, Ernesto Falzone (voz y saxo) Juan Carlos Cagegi (piano), Eduardo Acuña (bajo) y Jorge Luis Lombardo (batería y producción).
Una nota de blues en la Bolsa de Comercio
Una nota de blues, un sonido de trompeta, me ha unido a un hombre virtualmente, un día lo escuché, y fue para mí todo un descubrimiento. Me he formado en el mundo del jazz desde muy chico, llevo la marca de trompetistas como el Negro Rodríguez Jurado al que escuché personalmente en ICANA (Instituto Cultural Argentino Norteamericano); también allí conocí al “Gordo” Fernández que estudiaba con Wilfredo Cardozo, primer trompetista del Colón, con quien también yo estudiaba, eso fue en el Conservatorio de La Lucila, decía Cardozo: “El gordo no sabe tocar la trompeta, pero tocando jazz es el mejor”; además recuerdo de esa época del Conservatorio La Lucila y con Cardozo, a un muchacho rubio y flaco que me dijo que estaba armando un grupo que con el tiempo fue suceso, me refiero a “Alma y Vida”. En ese época también conocí al grande de Rolando Vismara, discípulo de Gandini. Un gran tipo Rolando si hasta me invitó a su casa, en ese tiempo ya la estaba rompiendo en la Antigua junto a otro trompetista el “Mono” Constantini; también me hice amigo de Pepe Robles, trompetista que vivía en Quilmes y su madre tenía una especie de Academia Pitman, donde enseñaban dactilografía. Otro gran trompetista que también conocí en ese tiempo fue a Raúl Barrientos, pariente del gran trombonista de Tandil: Nelson Castro y del clarinetista que ya no está, Chulo Barrientos, y con el que tocamos algunos duetos, hoy Raúl es un destacado contrabajista. Recordando trompetistas que tiraban fuerte en una banda como la Original de mi amigo Oscarcito Caro, debo señalar a Alberto Cambas, también sopló mucho el trompetista de la Delta, Yoia, claro que también escuché a grandes como Dicky Canci y al “Alemán” Tino Müller. Quiero darle un lugar especial al bueno de Gustavo Bergali, que también escuché por primera vez en ICANA, son muchos lo que podría nombrar como el marplatense Fernando Romeo, pero creo que como ejemplo de lo que es el jazz argentino es suficiente. Y con todo eso no hace mucho, quizás seis años, escucho por internet a un trompetista que estaba en España, me sorprendió tanto que me pareció alguien digno de ese sonido que tengo en el alma que es una mezcla de Schatmo y de Harry James con la suavidad de Bix, sin olvidarme de Papá Joe.
Ese trompetista que recién conocí personalmente el 29 de marzo de 2019 en el Salón de Actos de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, se llama Guillermo Lancelotti. En honor a ese fuego sagrado que tiene este virtual amigo, que me hice amigo por su sonido que es decir como la expresión de su alma, ya que sólo lo conocía por el sonido y por la foto, pero entiendo que ese sonido es el que me conectó con su alma, es que las notas de blues son las expresiones de las almas de los trompetistas, por eso repito que en honor a ese fuego sagrado que tienen los trompetistas de todos los tiempos, quiero en Guillermo, mi querido amigo, rendir homenaje al sonido de esas almas que permanecen en nuestros sentimientos a través de los tiempos. (Carlos Sueldo, integrante de Jazz Club Berazategui)