Nuevos desafíos, problemas renovados
En EFI Week 2021, los economistas Claudio Zuchovicki, Marina Dal Poggetto y José Siaba Serrate analizaron la coyuntura económico-financiera y las perspectivas de los mercados internacionales en un mundo todavía azotado por la pandemia.
Por noveno año consecutivo, y segundo año virtual en su versión EFI Week online, la Expo EFI reunió a los principales referentes de economía, finanzas e inversiones del país para analizar el contexto local e internacional, el sistema financiero, el mercado de capitales, la coyuntura macroeconómica y las perspectivas de la economía argentina. “Durante los 9 años de vida de Expo EFI, el mercado global evolucionó”, afirmó el gerente de Difusión y Desarrollo de Mercado de Capitales de la BCBA, Claudio Zuchovicki, en el panel “Economía y mercados internacionales”, y recordó: “En 2012, el índice bursátil estadounidense Standard & Poor’s valía alrededor de 1.600 puntos. Hoy vale unos 4.600 puntos”.
“Hace 9 años, el Bitcoin había registrado una suba revolucionaria de 3 a 10 dólares. Muchos decíamos que quizás era una burbuja. Hoy, esa criptomoneda vale unos 56.000 dólares: eso es evolución”, continuó el economista de la BCBA. “Sin embargo, en el mismo período el índice Merval de la Bolsa porteña pasó a valer exactamente la mitad”, observó Zuchovicki y citó al filósofo Santiago Kovadloff: “Las sociedades que evolucionan son las que discuten temas nuevos y se plantean nuevos desafíos”.
Tras la introducción del Gerente de Mercados de la Bolsa, tomó la palabra la directora ejecutiva de Eco Go Consultores, Marina Dal Poggetto, quien advirtió sobre los “enormes desafíos” que se presentan en el contexto económico internacional: “La tasa de inflación se aceleró en el mundo desarrollado. Esta dinámica de precios representa la enorme expansión monetaria de los bancos centrales mundiales en pandemia, montada sobre la expansión monetaria de la crisis financiera anterior. Es, a su vez, la contracara del enorme nivel de endeudamiento global de los países desarrollados”.
“De alguna forma, y en tanto la economía no crece demasiado, todo el mundo está atrapado en esa dinámica, donde son las tasas bajas las que permiten la sostenibilidad de la deuda”, continuó Dal Poggetto. “Al mismo tiempo, las tasas bajas son las que están inflando burbujas. En ese contexto se da una aceleración inflacionaria, creo yo, por tres razones. Una es la disrupción del funcionamiento de las cadenas globales de valor generada por la pandemia. El impacto de ese fenómeno no es menor y no se corrige necesariamente con políticas monetarias porque, por ejemplo, el mundo se está reacomodando sobre la base de una triplicación del costo de los fletes. Por otro lado hay un boom de precios de commodities, que se disparó a principios de año cuando apareció la vacuna y el mundo pensó que la pandemia se terminaba al día siguiente, con gran volatilidad de los precios internacionales. Por último, aparece la novedad de la falta de empleo, en un mundo con fronteras cerradas que dificulta la migración para cubrir puestos de trabajo”.
Con referencia a la irrupción de la temática sustentable a nivel global, la economista compartió un original punto de vista: “La agenda verde se coló en medio de esta difícil coyuntura. Bienvenida sea, porque si no, dentro de unos años ya no vamos a poder vivir en nuestro planeta. Pero esta agenda aparece en un momento complicado, porque genera dificultades no menores en la oferta y en los precios de la energía. Ya lo vimos en China, donde la agenda verde duró 10 minutos, porque con el encarecimiento de los combustibles volvieron al carbón”.
“También se ve en Europa, en parte porque las energías renovables son más caras, pero porque además éstas fallan cuando no hay sol o viento y deben ser sustituidas con el gas –añadió Dal Poggetto–. Ahora bien, el ‘grifo’ del gas lo tienen los rusos, y si quieren lo cortan de golpe. Por otro lado, está el tema del financiamiento. Hoy, con el Brent en 84 dólares, no se abre sin embargo el suministro del Shale norteamericano. Estados Unidos es el principal productor de petróleo del mundo, pero no hay inversión en sus pozos y el financiamiento de los proyectos en ese sector es mucho más caro que en otros segmentos”.
Por su parte, José Siaba Serrate, titular del Estudio Siaba Serrate, consideró que “hay que poner el foco en los fenómenos reales detrás de la actual recuperación, más allá de lo que ya se sabe de la parte monetaria y crediticia”, y rememoró: “Cuando estalló la pandemia, la predicción cantada era respecto de una crisis de deuda descomunal, pero esa crisis nunca ocurrió, ni siquiera en los países emergente. Ya no se discute si el mundo sale o no de la pandemia o de la recesión: se sabe que sale, con plena confianza”.
“¿Qué pasa con la inflación, a nivel mundial?”, se preguntó el economista, y sostuvo: “Hay un crecimiento económico realmente muy fuerte: hoy, Estados Unidos crece por encima de 8%, en función de ingresos y de ahorros gestados a través del tiempo con todos los programas de estímulo monetario. A partir de marzo de este año, Estados Unidos ensayó una política fiscal pro-cíclica, con una economía ya fuera de la recesión por la pandemia. A los 4 billones de dólares que había gastado Donald Trump en sucesivos programas de estímulo, se les sumaron 1,9 billones de dólares. Cuando se diseña algo así, es sabido que uno se mete en la boca del lobo y surge una pregunta: ¿Qué reacción genera esto en la inflación y en la expectativa inflacionaria?”.
“Se trata de un ensayo inédito, de una tremenda agresividad, que sólo podría funcionar en un régimen inflacionario de mucha estabilidad y gran credibilidad”, observó Siaba Serrate. “Hoy, además del efecto inflacionario, se advierten problemas de credibilidad y de expectativas; asimismo, fuertes presiones de costos que antes eran absorbidas porque el consumidor no estaba dispuesto a convalidar aumentos de precios, y hoy sí lo está. ¿Es un proceso transitorio, temporario o permanente? Si los mercados hubieran estimado que se trataba de un proceso permanente, esto ya habría capotado y habría forzado un cambio en la toma de decisiones. El mercado de bonos en particular, que sería el más expuesto a un error en el cálculo de inflación, no prevé que haya un problema inflacionario permanente; aunque sí se insiste desde ese mercado en que la política monetaria debería ser un poco más dura, y hay un poco de presión en tal sentido. En síntesis, existe en Estados Unidos un problema de inflación que afecta al consumidor y al Gobierno. La recomendación sería empezar a subir las tasas en algún momento del año que viene”.